sábado, 25 de junio de 2011

Amanecerá y veremos

Publicado en: TodoSeSupo.com

Un candidato a la alcaldía de Yumbo que diga que “los pandilleros de Las Américas se las tienen que ver” con él, es tan -o más- ingenuo como uno que hace su lanzamiento de campaña en otra ciudad, o uno que no tiene compromisos (aval) con ningún partido. Máxime si presenta esto como una ventaja. No obstante, mayor pecado electoral comete alguien que se inscriba como candidato y tenga la más mínima posibilidad de que se presuma su inhabilidad, o aún, su incompatibilidad con el cargo.
La más remota sospecha de la existencia de la una o de la otra, empezará a ser explotada mucho antes de lo esperado por una oposición que -no nos engañemos- siempre es más burocrática que programática.Por otro lado, muchos de los candidatos y algunas de las candidatas al concejo, tienen también sus propias dificultades y su principal limitación es tan sencilla como grave: no saber para qué sirve el concejo. Esto es, quizás, incluso más peligroso que estar engrosando listas para beneficio de otro más fuerte sin saberlo. Y digo, “sin saberlo”, porque parafraseando al antropólogo Nigel Barley se podría decir que los políticos de Yumbo parecen tener, definitivamente, el monopolio de las alianzas endemoniadamente complejas.Pese a que desconocer los estatutos del partido del que se obtiene el aval, debería ser mayor motivo de vergüenza que la posesión de un preservativo por parte de un cura párroco; incluso los concejales en ejercicios se ven, sin ningún pudor, obligados a admitir que desconocen hasta la portada de este afable librito.Teniendo en cuenta estas y otras condiciones poco optimistas que presenta la víspera a la llamada fiesta democrática ¿se podrá decir que se avecina un cambio profundo y estructural? Amanecerá y veremos.

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