Advierte el
evangelista[1]
que quienes trabajan por la paz serán llamados hijos de Dios. Pese a ello, la
promesa se cumple a medias cuando, por ejemplo, Piedad Córdoba es tildada por
algunos de “hija” pero no precisamente de Dios. No hay mucho de bienaventuranza
ni de dichoso en ello.
El doctor
Horacio Serpa inauguró el mes pasado con una columna de línea más o menos contractualista
en la que ha sugerido que trabajar por la paz es labor exclusiva del gobierno o
de los metidos.[2]
Una columna muy admirable por la característica prosa del doctor Serpa, pero no
más.
Debo admitir
que he sido serpatizante y no sólo coincidí muchas veces con las
posturas del doctor Serpa sino que fui defensor casi obsesivo de la tendencia
que él representó durante mucho tiempo. Tanto que incluso ante las burlas
contra su particular bigote de otrora, siempre acudí al pretexto nietzscheano
de los bigotes como filtros de las palabras. Y con un orador tal, no había más
que añadir.
Pero esta vez fui
atónito huésped de una gran sorpresa al presenciar la transformación de un doctor
Serpa que hace sólo un par de años conocía el carácter irreversible de Piedad[3]
a un doctor Serpa enteramente resignado.
Olvida el
doctor Serpa, entre otras cosas, que varias (muchas, diría yo) de las
experiencias mundiales de paz y de reconciliación se deben precisamente a los
metidos –y sobretodo a las metidas- y que limitarse simplemente a esperar,
cuando de guerra se trata, constituye un acto de la más plena indolencia o,
cuando menos, de indiferencia. Y cabe recordar que la indiferencia también
legitima y, por ende, prolonga sus consecuencias no sólo en duración sino
también en intensidad (principalmente muertes).
Pero sobre
todo, olvida el doctor Serpa que él también ha sido metido. ¡Que grato sería
que volviera a serlo!
[1]
Mateo 5:9
[2] Períodico
El Nuevo Siglo (2012) Prohibido meterse. Disponible en: http://elnuevosiglo.com.co/articulos/2-2012-horacio-serpa.html
(Consultada en 10 de marzo de 2012).
[3] Agencia
Prensa Rural (2010) Traición a la paz. Disponible en: http://prensarural.org/spip/spip.php?article3967
(Consultada en 10 de marzo de 2012).
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