lunes, 17 de diciembre de 2012

Del «dígale que no estoy» y otras formas de evadir al cobrador

Publicado en: TodoSeSupo.com

Los nuevos predicadores y los cobradores parecen ostentar e incluso detentar, hoy por hoy, el monopolio de la evasión. Las numerosas y variadas artimañas inventadas por sus víctimas para librarse de las visitas, de los unos y de los otros, parecen ser cada vez más sofisticadas.
Ante los primeros las viejas fórmulas parecen conservar vigencia. Frases como: «Es que estoy hirviendo la leche», o bien, «es que ya voy de salida» siguen siendo usadas por aquellos que son pescados por quienes nos traen la buena nueva, que parece tener menos de nueva que de buena. Otros preferimos —lo confieso— omitir los «toc-toc-toc» y hacer como si no hubiera nadie ni de un lado ni del otro de la puerta. De esta manera, tanto el buen devoto como el mal huésped quedan con el alma tranquila.
Eso sí, con los cobradores la cosa cambia. Los que no somos grandes amigos del crédito nos vemos impedidos para el margen de creatividad que logran desarrollar y desplegar quienes recurren a él con constancia. «Dígale que no estoy» era la clásica sentencia ante la siempre inoportuna visita, cambiarse de acera o doblar la esquina son las fórmulas infalibles al toparse con el astuto acechante en la vulnerabilidad de la calle. Pero aún así, cuando ya se cree que el depredador atrapa a su presa en las garras, ésta tiene un as bajo la manga para salirse con la suya. Algún familiar enfermo —o muerto en el peor de los casos—,alguna calamidad doméstica, algún gasto ineludible, alguna invasión zombi, alguna abducción ufológica... servirá como pretexto para no pagar la deuda y permitir escabullirsecuál don Ramón atávicamente triunfante.
Qué alivio hablar de correcaminos, ovnis y buenas nuevas. Por desgracia no es de esto de lo que vengo a hablarles hoy, sino de todo lo contrario: malas noticias para quienes acostumbraban a evadir creativamente al acreedor. Lo que está de moda ahora es el«vuelva después». Les digo, amables lectores, el porqué: Hace un mes, durante las ferias de Yumbo, el conocido Sexteto la K-lle, fue contratado por la Fundación Centro Cine(entidad confiada por el municipio para ello) para llevar a cabo una presentación que culminó satisfactoriamente. Lo que a estas alturas no ha culminado satisfactoriamente es el merecido —creo yo— pago que ésta y otras organizaciones de artistas (no sólo de Yumbo) reclaman. La fórmula utilizada: «vuelva después».
Ya reza el padrenuestro de la biblia de Jerusalén «y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores», pero valdría la pena saber, por un simple acto de curiosidad ciudadana, si la entidad a su vez también perdonó a sus acreedores puesto que según el refrán el mal «pagador es buen cobrador».

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